.El lamentarnos por los fracasos que tuviste en el año que recién termino no ayuda a nada a tu vida sino que es perder el tiempo llorando sobre la leche derramada, no tienes que estar pensado en "si Hubiera" esa frase de dos palabras no existe, tienes que dejar el pasado atrás. Eso si, tienes que tomar esos fracasos como experiencia para que ya no cometas los mismos errores que te llevaron a ellos, sino tomar la mejores decisiones con la Dirección de Dios, comprometiéndose con El, para ya no decidir sin el visto bueno de su Santa voluntad.
Orar a nuestro Dios en todo momento para que este año traiga muchas bendiciones a nuestras vidas y que en nuestra familia reine su palabra en Obra en nuestros Hijos y nuestra pareja (esposo o esposa). Tenemos que despojarnos de esa mentalidad negativa o de inferioridad que tal vez lo arrastramos desde la formación que nos dieron en nuestro hogar.
Tenemos que pensar en grandes cosas primero en el servicio de su obra como también en nuestros éxitos personales, pensar como empresario; terminar cosas inconclusas.
Tenemos que tomar el ejemplo del Apóstol Pablo de seguir perseverando en Cristo no esperando la recompensas del Hombre sino esperarlas del Señor mismo que a su tiempo cegaremos lo que hemos sembrado, si te pide una milla da dos, si te piden una túnica da dos si la tienes, y recordando siempre que al ayudar al pobre o al necesitado, no esperemos de el, algo, porque siempre Dios utiliza a otro hermano de la iglesia, del trabajo o personas que ni siquiera conoces y te bendicen para que suplas esa necesidad que tenias en ese momento.
El mismo apóstol tenia claro que todavía no había terminado sino que proseguía a la meta; esa mentalidad tenemos que hacerla parte en nuestra forma de ver la vida si ya alcanzaste alguna meta "que bien" pero no te quedes así renueva tus metas para alcanzar cosas mas grandes en el reino de Dios y también en lo secular. En tu vocablo mental no tiene que ni siquiera existir las palabras "conformarme", "estoy bien", "estoy conforme", sino avanzar mas arrebatando las bendiciones de Dios con nuestros diezmos, primicias, ofrendas y nuestros bienes, y en lo espiritual con oraciones en todo momento y ayunos específicos para crecer espiritualmente como materialmente en el Señor en el tiempo perfecto de su Santo Voluntad.
Texto a leer: Filipenses cap. 3
Escuela de Discipulado- MCC
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